#Opinión: Moda Alterada
Por: José Carlos Hernández Aguilar
Una de las causas que más ha lacerado principalmente a nuestros adolescentes y jóvenes, es la llamada ‘Moda Alterada’, la cual hemos definido en múltiples foros, como la apertura mental obsesiva y directa por la música, literatura e imágenes alusivas y grotescas sobre el mundo de la destrucción y muerte del crimen organizado.
Ésta cultura tan deleznable, no sólo se limita a escuchar los llamados “narcocorridos”, sino que va mucho más allá con imágenes, impresiones fotográficas y videograbaciones enfermizas de actos de amenazas, mutilación, decapitación, descuartizamientos, violaciones, etc. Forman parte de ese ruido neurótico, la imitación de atuendos, amuletos o hasta pertenencias de capos de la droga, que han empoderado insulsamente a una buena parte de la población mexicana. Pertenecen a dicha moda, las páginas del narcotráfico en las redes sociales promoviendo el odio contra sus adversarios, así como retos bélicos y hasta autodestructivos que realizan las niñas, niños y adolescentes y que también se encuentran por medio del internet y que muchos son promovidos por el mismo narcotráfico virtual.
Esta terrible boga que inicia a principios de los noventas y que se ha convertido en ya casi una generalidad, ha destruido en gran medida los valores individuales y sociales principalmente de aquellos, obviamente, sin escapar los adultos que permiten la introducción de éste estrés mental en sus hogares, vehículos, teléfonos móviles y hasta en su propia ropa.
Es muy infortunado conocer en datos duros, que el 75% de los adolescentes y jóvenes en México, han aceptado como propia la moda alterada; que 3 de cada 10 padres de familia permiten sin problema alguno esta monstruo-moda, y más aún que 1 de cada 5 hogares no sólo la permiten, sino que la promueven entre sus hijas e hijos. De igual manera, mucho tiene que ver la negativa influencia de este hecho social, donde el 95% de todos los mencionados, usan un lenguaje altamente violento y sumamente grosero.
Es tiempo de poner absolutamente todas y todos, un freno real a este impetuoso y demoniaco avance destructor que ha permeado a todos los estratos sociales. No es sólo con leyes prohibitivas o punitivas, como exterminaremos éste tumor maligno, sino con la conciencia social y el compromiso individual, de no permitir más en nuestros hogares, en nuestros hijos, en nuestras escuelas y hasta en los mismos cuerpos policiales, esta monstruosidad que dicho sea de paso, ha dejado millonarios dividendos a la industria de la muerte y destrucción que casi en todos los casos, también es controlada por la misma delincuencia organizada.
¡Es urgente, hacer un nuevo pacto social a través de estos pequeños pero grandes pasos, desterrando de tajo esta cultura de destrucción, odio y muerte entre todas y todos los que habitamos éste hermoso país!
Nunca olvidemos que ¡Llegado el momento en que la honestidad es corrupción; en que la justicia es injusticia; en que la política es risa colectiva; en que la paz es brutal e imparable violencia; en que ‘dios’ es el degenere, el tener y el poder; en que la niñez no es jugar sino destruir y en el que el tiempo para el hogar, es justificación para no estar en él, ese día la sociedad se encontrará condenada a vivir su propio infierno y a lidiar con el gigantesco monstruo, que ella misma ha creado!
¡Aún hay mucho por hacer, pero iniciemos en éste preciso momento histórico!
¡RESPETO A LA DIGNIDAD HUMANA; PAZ Y ORDEN SOCIAL!