#Opinión: México, el paraíso de las camas disponibles y el cementerio de casi 80 mil muertos
Por: José Oswaldo Ramírez Mendoza, Lic. en Ciencias de la Comunicación, doncente.
En el mes de septiembre México cumplió un semestre desde que comenzó la contingencia en el país.
Y a seis meses de la declaratoria de emergencia, no se ve la luz al final del túnel. En salud, México es un escándalo y un ejemplo de cómo no se deben de hacer las cosas.
Primero, pasando de contener una pandemia mundial a contar los muertos que está dejando esta crisis sanitaria. El gobierno y el mismo López Obrador tiene el cinismo de declarar que se están haciendo muy bien las cosas y que ya “vamos de salida” (desde abril se está “saliendo” de la pandemia).
Sin embargo, el gobierno siempre dejó claro que su objetivo no era salvar vidas, su objetivo era tener camas disponibles en los hospitales para quien lo necesitara. Y sí, no se han dejado de tener camas disponibles en el país ¡Porque la gente se está muriendo en su casa! Y las personas que llegan a un hospital, llegan en estado grave y en cuestión de horas o días pierden, lamentablemente, la vida.
Y lo peor, hay camas disponibles, ¡pero se agotaron en algunos estados las actas de defunción! De qué nos sirve entonces tener miles de camas libres, cuando la gente no llega siquiera a las puertas del hospital.
Pero hay que remarcar lo siguiente para que la voz llegue fuerte y llegue lejos: la culpa no es de los médicos y enfermeras que están haciendo una labor titánica. La culpa es de los encargados de elaborar el plan de acción contra el Coronavirus, mismo que ha sido un absoluto, rotundo y escandaloso fracaso.
Aunado a ello, gracias a la ineficiencia, ineptitud y la prueba de un gobierno improvisado, se declaró que más de 93 mil personas nunca conocerán su diagnóstico de COVID-19 porque las pruebas se tomaron de forma errónea, hubo alteración en el producto o simplemente la toma no llegó nunca a un laboratorio.
Sí, ¡93 mil pruebas! Misma cantidad de personas que jamás sabrán si estuvieron contagiados o no y que tendrán que vivir con esa incertidumbre de no saber si sufrieron el contagio y si contagiaron a otras personas, lo cual se traduce en una dispersión del virus, con el consecuente aumento de hospitalizados y fallecidos.
Pero esto no acaba ahí.
En México se menciona que la curva de contagios está bajando desde hace un mes. Sin embargo, lo que el gobierno federal no menciona es que se está manipulando y bajando artificialmente esa misma curva. Y la razón es muy sencilla: si hago menos pruebas, tendré menos positivos y eso hará que parezca que haya menos contagios y se reduzca la curva.
Pero nada más alejado de la realidad. En México está bajando la curva por la manipulación de los datos y de las pruebas, no porque realmente esté dando tregua la contingencia en el país.
Porque, si así fuera, ¿por qué el índice de fallecidos no baja? En el papel habrá “menos” personas que sean positivas a la prueba, pero en la realidad, siguen siendo el mismo promedio de muertos diarios desde el punto
máximo de contagios.
Y la terca realidad no se puede manipular.