Lunes, 09 de junio del 2025

Desaparecen construcciones de adobe y con ellas una parte de México

Chihuahua. – El adobe, cuyo nombre proviene de la voz árabe al-tub, es un ladrillo crudo que se mezcla con hojas y paja para darle consistencia y que posteriormente se seca al sol. Su uso se extiende por todo el mundo, pues la tierra cruda es uno de los materiales de construcción al alcance de casi cualquier persona. Tanto en el hemisferio occidental como oriental, existen vestigios de larga data que constatan el uso del adobe.

Las principales ventajas del adobe son las siguientes: su bajo costo, ayuda a realizar formas suaves y redondeadas, permite un bajo consumo energético por sus cualidades aislantes, resulta fácil de modificar en futuras reformas de muros y muy versátil para las instalaciones de tuberías y red eléctrica, no deja entrar los ruidos externos y que el material sustentable que permite la economía circular.

Sin embargo, en las últimas décadas el adobe fue sustituido por otros materiales, primero por el ladrillo, pero después por el cemento; con ello se han perdido innumerables edificios patrimonio y se han reemplazado los materiales de construcción por algunos que son incompatibles ecológicamente. Sin embargo, existen casos de rescate y protección de estructuras construidas con adobe, como lo es el caso de Paquimé en Chihuahua, ciudad que fue inscrita en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco, pero que lamentablemente no incluyó la zona periférica.

Por supuesto, Paquimé y sus edificios de adobe no son una excepción en México, ya que existen numerosas zonas donde los edificios de adobe aún permanecen en pie, incluyendo ciudades como Chihuahua capital, Puebla, Querétaro, Guadalajara y claro la Ciudad de México. Dichas construcciones, no sólo siguen siendo la morada de miles de personas, también es parte del imaginario colectivo de los pueblos y la historia de México.

El uso del adobe es ya prácticamente obsoleto, Karen Zaragoza, arquitecta experta en construcciones de tierra, explica que este proceso responde a la industrialización de la construcción.

“Primeramente, fue un poco por publicidad, sobre todo en Estados Unidos, cuando salió el cemento incluso las carreteras son de cemento; la publicidad estaba enfocada la durabilidad del cemento, y que la tierra se destruye y lo vendieron como el material del futuro; pero en México fue más bien el cambio cultural; antes el terreno era tuyo o te lo otorgaban y ahora es diferente el proceso de adquisición. Antes, como decía, tenías tu terreno y tomabas los materiales que estaban cercanos, estaba el rio y la tierra, pero con estas poblaciones modernas es más complejo compras el terreno, tú ya no construyes. Además, hay que tomar en cuenta que el cemento es un material más fácil movilizar y almacenar, el cemento llegó con la industrialización de los procesos de construcción” detalló Zaragoza.

Hoy día las construcciones de adobe en muchos casos se dejan caer, debido a que pocos son ya los constructores que sepan manejar este material y muchas fincas y construcciones de adobe que embellecieron las ciudades y los pueblos dibujando un México de antaño se están perdiendo, como el caso de la casa de adobe de dos pisos de la calle Segunda y Doblado.