Martes, 20 de mayo del 2025

Así es como empresas contaminan el agua de municipios y dañan salud de pobladores en México

SinEmbargo

Organizaciones de la sociedad civil han coincidido desde hace más de diez años en que para atender la problemática del agua de la llamada Cuenca de la Independencia, en  Guanajuato, lo primero que se tiene que hacer de manera urgente es dejar de consumir agua fósil, ya que pozos han sido explotados por las empresas agro-exportadoras durante décadas.

Los organismos sociales han trabajado técnicas de recuperación del agua de lluvia denominada cosecha de lluvia como una alternativa al consumo de agua fósil.

El número de perforaciones en la zona norte del estado ha aumentado en forma exponencial y actualmente existen más de 2 mil 400 pozos, según han señalando de activistas y ambientalistas de la región norte del Estado.

Hasta hace poco la Cuenca de la Independencia había sido manejada oficialmente como dos acuíferos –Río Laja y Laguna Seca– causando una política de explotación del agua subterránea de la región.

Los defensores de la cuenca han enfatizado en que la Cuenca de la Independencia –que abarca San Miguel de Allende, Doctor Mora, Dolores Hidalgo, San Felipe, San Diego de la Unión, , San Luis de la Paz y San José Iturbide–, se ubica en la región más árida de Guanajuato y la actividad económica más importante es la agricultura, de ahí la importancia de difundir la problemática que afecta a miles de habitantes y tomar acciones al respecto.

La Asociación de enfermos de insuficiencia renal y cáncer Ayúdame A.C., el Charco del Ingenio y el Centro de Desarrollo Agropecuario (CEDESA), y la CODECIN han sido tajantes al señalar que el daño provocado por el consumo de agua fósil ha repercutido en la salud de miles de habitantes de los municipios que conforman la Cuenca de la Independencia a través de los años siendo ya un problema de salud pública que autoridades gubernamentales y de salud no han querido abordar.

Dolores Hidalgo ocupa el primer lugar en el estado con enfermos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) con un registro en la actualidad de ochocientos enfermos, y el cuarto lugar a nivel nacional.

El geólogo y científico Marcos Adrián Ortega, como investigador del centro de geociencias de la UNAM, realizó en 2009 un trabajo de toma de muestras de agua en grifos en viviendas de ciertas zonas en la ciudad de Dolores Hidalgo y comunidades del mismo municipio que presentaban un mayor número de incidencias de enfermos de ICR. Los resultados encontrados después de análisis exhaustivos realizados en laboratorios determinaron que el agua contenía arsénico y flúor fuera de los parámetros establecidos por la Norma Oficial Mexicana en el caso del arsénico, y flúor por arriba de la norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Con dichos datos concluyó que las altas concentraciones de sustancias podrían considerarse como un factor de alto riesgo por la probabilidad que traen de provocar ICR.

El científico recomendó en ese entonces que se instalaran filtros especiales en los diferentes pozos para atenuar la presencia de los metales pesados.