Así las cosas…
Yo no le veo mucho problema a que un gobierno autorice que los niños lleven falda y las niñas pantalón, si así lo desean, a sus centros escolares. Yo más bien a lo que le veo un tremendo problema es a la tibieza del gobierno y a lo mojigato de la sociedad para enfrentar este cambio.
Usar falda no es el problema
En la Ciudad de México la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum anunció la medida para “hacer historia” en un cambio a la equidad y la igualdad. Pero se le olvidó que los decretos no generan cultural, y justo a eso hay que apostarle, no a andar dando permisos a diestra y siniestra, ¡no!, lo que debemos hacer como sociedad es ser íntegros, no hipócritas.
No ser de los que van a misa los domingos y juzgan a todos entre semana, tampoco ser de aquellos que culpan a todos para no hacer nada en su trabajo, o los que roban, o los que cobran sin trabajar, o los que son corruptos, etc, etc, etc, tenemos que ser la clase de personas con las que queremos estar.
Si un niño quiere usar falda no tendría por qué haber problema, pero eso debemos explicárselo a quienes hacen bullying, que no necesariamente es por cuestiones de sexismo; o a aquellos agresores sexuales que siguen libres en las calles de este país; o a los maestros que discriminan, o a los homofóbicos que andan por doquier, e incluso, a los radicales religiosos que no toleran esos cambios.
Por eso digo que usar falda no es el problema, el problema es la tibieza del gobierno para atender los temas de fondo, y en vez de eso, andan dando remedios aislados que no solucionan nada. Y a lo mojigato de la sociedad que todo juzgamos, sin saber si quiera, lo que hay detrás de todo eso.
Hay que hacerles ver algunas cifras a las autoridades, desgarradoras, por cierto, pero reales en México, para que las autoridades acompañen este tipo de permisos con alguna campaña de integración y tolerancia.
La última encuesta que hicieron Conapred y CNDH, indica que 6 de cada 10 personas LGBT han sufrido discriminación, 5 de cada 10 ha sufrido alguna expresión de odio y/o agresiones físicas, 3 de cada 10 han sufrido tratos arbitrarios, y 3 de cada 10 han sido ninguneadas por las mismas autoridades.
Además, debemos considerar que México es el segundo país en América Latina, sólo por debajo de Brasil, con más asesinatos a personas LGBT. La cifra de homicidios por homofobia en México es de 76 personas al año; y Chihuahua es el segundo estado más violento, por cierto.
Sólo son datos, quizá, pero deben ser tomados en cuenta.
E insisto, no digo que esté mal usar faldas, sino que lo hagan sólo por “quedar bien” o demostrar que están haciendo algo, cuando en verdad la integración de la equidad e igualdad debe ser tomada como una política pública integral, no electoral, no de clientelismo.
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