Imprenta Tecnolasser, el sueño de una emprendedora

Esta es una historia de éxito.

“Esta historia comienza como un sueño, un sueño de poder dar empleo, de tener de tener algo productivo” así comienza a narrarnos, su propia historia, Cecilia Fernández, empresaria Chihuahuense, dueña de “Imprenta Tecnolasser”, un negocio que comenzó sola, con una impresora en su casa y que hoy día imprime desde tarjetas de presentación hasta las etiquetas de productos regionales, que da decenas de empleos y que se encuentra en el corazón de la ciudad, albergado en las fuertes y firmes paredes de una casa de adobe, casi tan fuertes como la entereza y tesón de la propia Cecilia Fernández.

Impecable, modesta, abierta y cordial recibe a Contraste, a la par que nos abre su corazón y las puertas de su empresa para conocer las entrañas de “Imprenta Tecnolasser”, que inicio funciones en 1987 y que cuatro años más tarde ya se había multiplicado y crecía en clientes, trabajadores y maquinaria.

“Yo estudié administración financiera, y es curioso ver los negocios rentables, y ver si compras, rentas o cómo hacer para ser más productivo con los recursos, entonces, en los ochentas, yo trabajaba en el Grupo Chihuahua, donde aprendí a hacer presentaciones para los consejeros, y se me ocurrió hacer juntas de consejo para un banco, y me dieron un contrato con Sel, predecesor de lo que hoy día es Bancomer. Les preparaba los cuadernos de reuniones con los datos de cartera e inversiones”.

Pero yo una vecina que tenía una agencia de publicidad y cuando vi que ella estaba haciendo diseños con dibujante, en concreto la palabra “ofertas”, pensé que con en el equipo láser que compre, por eso se llama “Imprenta Tecnolasser” tecnología láser, podía hacer lo mismo; y le escribí la palabra láser y se quedó encanta y me pidió que le hiciera una hoja membretada, pero yo no sabía hacer eso”. Así comenzó el peregrinar de Cecilia entre imprentas para conocer sus procesos y poder aprender a usar su propio equipo de impresión láser, cuál fue su sorpresa cuando se dio cuenta que las imprentas de Chihuahua trabajaban con dibujante.

“Se me ocurrió que podía hacer un catálogo de letras y mandarlo con la papelera para que sepan que yo puedo ayudarles, y así se distribuyó el catálogo de letras, y llegaban a mi casa y me pedían una letra o palabra y ellos mismos me iban ayudando y enseñando a hacer las cosas de acuerdo a sus necesidades”, nos cuenta Cecilia.

Pero ya entrada la década de los noventa le hablan de sus fotocomposiciones que hacían con placas, “… Y entonces tomé un curso de fotografía industrial se me ocurrió poner un laboratorio de fotografía industrial, para ese entonces ya tenía cinco impresoras en casa y cinco en el centro, comencé a ofrecerles los diseños, el negativo y la placa a los impresores, pero cuando les pregunté cuánto cobraban me di cuenta que el negocio estaba en la impresión. Ahí fue cuando pedí un crédito a Desarrollo a Microempresa y me compré una máquina de imprenta y me volví competencia de mis propios clientes, claro que les expliqué que respetaría sus clientes y los seguiría ayudando en lo que pudiera. Y se corrió la voz porque llegaron de Meoqui, Delicias y Cuauhtémoc los clientes y me hice de más y mejor equipo”, relata Cecilia con una sonrisa de satisfacción en la cara. En aquel entonces ya corría el año de 1991.

Me fui perfeccionando, con el diseño, la foto composición y luego la impresión

Pero las oportunidades siguen llegando para “Imprenta Tecnolasser” y para Cecilia Fernández. “Viene la Reforma Fiscal donde la Secretaría de Hacienda acredita a las imprentas para tener una cédula de identificación fiscal en diferentes formatos, factura, arrendamientos, o recibos de donativos o carta porte, entonces las imprentas tenían que ir conmigo para hacer sus diseños y poder incluir la cédula y el permiso ante Hacienda; y tenía diferentes tamaños y pregunté cuánto pagaba y se lo imprimía, y me doy cuenta: el negocio está en el servicio y la atención”, narra Cecilia.
Pero los tiempos de bonanza no son para siempre y se retira el giro de los comprobantes fiscales, entonces sucede que muchas imprentas quebraron “… Tuvimos que ser innovadores y conocer otros productos: como microperforados, lonas, vinilos, señalamientos, letreros, poder imprimir tazas, banderolas, cachuchas, camisetas”, recuerda.

Hay cosas imprescindibles y necesarias y en lo que tenemos que enfocarnos es en lo que el cliente necesita.

“Con el tiempo nos hemos ido especializando y contando con tecnología de punta porque tenemos maquinaria que puede imprimir las cuatro tintas registro, de tal manera que te lo puedo entregar en tiempo y con una calidad muy hermosa”, explica una orgullosa Cecilia. Para ella, como para otros impresores, los mayores obstáculos están en el propio país, pues materiales y maquinaria se importan, no se dan en México y terminan dependiendo de tratados internacionales, políticas y hasta guerras. “Dependemos de tintas holandesas, de materiales importados, que necesitamos para poder trabajar inclusive refacciones, las máquinas de imprenta de las mejores, son alemanas, México no es productor de maquinaria”.

Pero lo que más lamenta esta empresaria, es que no exista en el país una escuela de artes gráficas, en donde se pueda dar gente profesional, “…La imprenta es creativa, si tu tienes un color azul y con un amarillo te da un verde, pero hay una variedad de verdes, cada uno con una denominación en una guía Pantone. De tal manera que cuando tú tienes ese tono, lo quieres para todo en tu empresa desde textiles, folletería, etcétera, entonces la imprenta es arte y lo más interesante de todo es que plasmarás eso que imaginaste sobre una base de diferentes materiales desde una hoja, hasta una pared”.
Los últimos años, la industria fue fuertemente golpeada por la pandemia, primero, y después por la guerra, con todo lo que esto conlleva, como alza de precios y disminución de clientes, aunque los negocios para Cecilia Fernández e “Imprenta Tecnolasser” no cesaron. “Nosotros como somos proveedores esenciales, como hacemos etiquetas para alimentos, hay cosas que se siguieron vendiendo, por eso seguimos trabajando”, nos comparte.

Esto es un reto, día a día tiene que levantarte agradeciendo que tiene vida, que tiene, trabajo, que tienes clientes.

Pero los retos vienen también con los diferentes cambios sociales y formas de comunicación, por ejemplo, las redes sociales “…Las redes sociales han venido jugando un punto esencial y necesitamos estar a la vanguardia, tienes que ser una persona abierta a decir ‘yo quiero, y yo puedo’, tener seguridad y confianza que lo que estás haciendo sirva y guste, así le guste a los niños, jóvenes o adultos, tienes que es que estar lista a los cambios y gustos de los consumidores y sus necesidades”, asegura firmemente la empresaria.

Para ella, todo este trabajo, todo este emprendimiento, ha sido como un sueño, y asegura que el mejor sueño es dar empleo y mejorar el nivel de vida de sus colaboradores. Su sueño es esa capacidad de prosperar y recuerda que no ha llegado a cumplir su sueño sola, sino en compañía de proveedores, clientes, colaboradores, su familia, y claro de su hijo, que se integró al negocio y que ha sido un apoyo a quien, asegura puede ceder la estafeta el día de mañana.

 Lo que te detienen es el miedo, nunca dudes de ti, porque la solución está en ese anhelo, en ese deseo, en todo aquello que quieres lograr como un sueño, la cuestión es que no te limites pues la vida te da lecciones para que hagas mejor las cosas, y si no te salió a la primera cree, que te dirá como hacerlo a la segunda o a la tercera, pero tienes que tener perseverancia, coraje y valentía. De alguna manera tienes que hacer que resulte, pues tú crees en ti y estoy segura que si alguien confía en lo que hace, será de confianza para los demás.