Viernes, 22 de noviembre del 2024

#Opinión: Matar a menores de edad

Por: José Carlos Hernández Aguilar

Dentro de nuestro particular glosario de cátedra, definimos a la ‘política criminal’ como el conjunto de estrategias, tácticas y medidas llevadas a cabo por el estado, para hacer frente al problema de la criminalidad, a fin de encontrar respuestas tangibles a dicho fenómeno, en el máximo respeto Constitucional; legal y de los derechos humanos de las y los gobernados.

Sin embargo vemos con desolación, que la realidad criminal mexicana supera -y por mucho-, a esas políticas tan cambiantes de prevención, combate y sanción de la delincuencia común y la organizada. Brevemente revisemos, una muy delicada vertiente de ese contexto delictivo: la muerte a menores de edad.

El 27 de mayo de 2019, el Periódico El Universal, publicó que La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), declaró que en una década de guerra contra el crimen organizado, han sido asesinados más de 16´759 menores de edad y más de 6´400 desaparecidos desde el 2007. Simplemente en lo que va de este año, son privados de su vida, al menos 3 menores por día.

REDIM, que es una coalición seria de 73 organizaciones de la sociedad civil mexicana, hace sus mediciones con información proporcionada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, donde se tiene que de cada 100 homicidios a menores, sólo se tiene una sentencia condenatoria ¡Valla justicia en México!

No omito agregar, que el comportamiento criminal ha variado desde inició la guerra contra el narcotráfico, en el que la mayoría eran únicamente muertes colaterales a menores, pero a partir del 2010, las conductas destructivas han cambiado drásticamente, porque ahora ya son ataques dirigidos a ese grupo etario, generando así, dolor, incertidumbre y terror no sólo en las familias ofendidas, sino en toda la sociedad en conjunto. Lo que habla de la exponencial dimensión de éste problema al que muchos le han llamado la “violencia invisible”, pero que para desgracia social, ¡LA MUERTE A ESOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, NO ES UN TEMA DE PRIORIDAD POLÍTICA: JAMÁS LO HA SIDO! ¡Lo escribo y lo sostengo sin reparo alguno!

A pesar de existir el marco legal; institucional y derecho humanista internacional y nacional, no hay un interés serio en las estrategias gubernamentales para combatir este lastre, que ha permeado a todos los estratos sociales. Además y sin entrar en un fatalismo literario, abonamos a ese coma social que la Encuesta Nacional de Adicciones 2018, refiere que el consumo de la drogas en México, creció un 300% y la mayoría entre adolescentes y jóvenes.

¡Tanto caos que se pudiera arreglar en la sociedad, si sencillamente aprendiéramos y de verdad quisiéramos educar a nuestros hijos con respeto, amor y correcta disciplina! ¡En esto consiste casi toda la solución, a esta triste fatalidad social

¡Unámonos ya todos!, recordemos que la tolerancia y el respeto a la dignidad humana, son los más grandes cimientos en los que se sostiene el éxito y la felicidad de una sociedad, culturalmente civilizada y en progreso absoluto

Finalmente y en tocante a las políticas públicas de saneamiento de ese funesto carcinoma, que ya se ha convertido en una metástasis social, estamos seguros que ¡por ningún motivo, le es dable al estado mexicano fallar en sus políticas de prevención, persecución y sanción ejemplar del crimen! ¡Ya no hay tiempo para ello; no hay derecho para fracasar ni dejar pasar! ¡Sencillamente, ya no puede haber margen de error!

¡Muy a nuestro pesar, los tres grandes monstruos; la delincuencia, la corrupción integral y la impunidad, han ganado las batallas!

¡Esperemos que no la guerra!

¡RESPETO A LA DIGNIDAD HUMANA;

PAZ Y ORDEN SOCIAL!

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