Sábado, 10 de mayo del 2025

Recuerdan Batalla de Tres Castillos

Chihuahua.- Un 14 de octubre de 1880, hace ya 141 años, se libró la batalla de Tres Castillos, la guerra de guerrillas, dentro de la insurrección apache.

Hoy su descendencia y autoridades estatales y municipales rindieron un homenaje al Jefe Victorio, al pie de su estatua que se encuentra relegada a una orilla de la Vialidad Sacramento, en el evento en el que se recordó la vida y hazañas de Victorio, cantó el poeta y cantante  Martín Chávez Makawi y un coro de niñas raramuris.

Las autoridades ahí presentes, entre ellas la secretaria de Cultura Alejandra Enríquez, la diputada Isela Martínez y autoridades del ayuntamiento de Chihuahua, concordaron en gestionar el regreso de la estatua de Victorio, al Centro de la Ciudad, donde lo erigió el ex gobernador Patricio Martínez, ya que en su actual ubicación se encuentra más que olvidado y ha sufrido de vandalismo.

Actualmente son 25 los descendientes de apaches que se reúnen en Chihuahua, aunque aún quedan unos 500 descendientes de esta tribu indígena que fue prácticamente aniquilada antes del siglo XX

Los hechos

Tres Castillos se encuentra a unos 150 kilómetros al noreste de la ciudad de Chihuahua, dentro del municipio de Coyame, en una región que destaca por su aridez, tres cerros graníticos se destacan, y rodeados por una árida e inmensa llanura que fue el lugar de la batalla donde pereció el indio Victorio, en manos de Joaquín Terrazas, quien antes de esa batalla ya era conocido como el azote de los apaches y que después de ella se hizo del nombre de “El Héroe de Tres Castillos”.

Esa llanura inmensa de Tres Castillos se volvió la tumba de los apaches y su epitafio fue la naturaleza hostil que la rodea. Pero fue el mismo Indio Victorio el que eligió su tumba y es que azolado en el norte por los estadounidenses y por el sur por los mexicanos, decidió parar a descansar en “Tres Castillos”, porque llevaba al enfrentamiento a familias enteras de apaches, que lo hicieron más lento.

A la batalla de Tres Castillos  llevaba consigo, terrazas, un contingente de 350 voluntarios armados, entre los que destacaba un grupo de riferos tarahumaras, de la comunidad de Arisiachi. Y es que los tarahumaras, también habían sido “víctimas” de los apaches, esto como represalia por participar en anteriores persecuciones contra los apaches chiricahuas, también llamados Hiu Hah o Nde.

Fueron estos tarahumaras, los que hicieron la diferencia en esta batalla y algunos historiadores aseguran que, durante la batalla, los apaches se vieron obligados a pelear de frente y que los corredores tarahumaras, Mauricio y Roque, se adelantaron, con sus pies ligeros, a la columna de Terrazas y, a escasos 20 metros de los apaches, dispararon. Mauricio dio en el blanco e hirió mortalmente a Victorio, quien era reconocido como el más fiero líder apache, qué luchaba en memoria de su esposa asesinada. A Victorio, siguió, como cabeza de la rebelión apache, Ju y después Jerónimo.

El cuerpo del Jefe Victorio, fue sacado del campo de batalla y llevado a cuevas cercanas por sus generales y las mujeres que le acompañaban y ahí enterrado para que su cuerpo no terminara como trofeo por sus contrapartes.

De aquella batalla queda el campo vacío de Tres Castillos como tumba muda y en Chihuahua (1910) un monumento al “Héroe de Tres Castillos”, Joaquín Terrazas.