Viernes, 22 de noviembre del 2024

#Opinión de: Crystal Tovar Aragón

El sábado 06 de julio se realizó la marcha de la diversidad en la capital de nuestro Estado, marcha que año con año se realiza con el fin de pedir los mismos derechos de los cuales todas las personas gozamos, pero parecería que la comunidad LGBT+ no solo no tiene estos derechos si no que además sufren de discriminación, intolerancia, falta de respeto y violencia.

Hace unos días en entrevista con Luis Rubén Maldonado, al cual agradezco me haya invitado como conductora a su programa plan de vuelo, se encontraban como invitadas personas que organizaban esta marcha.

Durante la entrevista me di cuenta de algunas cosas que pasamos por alto, incluso quienes apoyamos a la comunidad LGBT+, y me refiero a toda la violencia que sufren día con día, desde un comentario a manera de “juego” hasta la violencia física que en muchas ocasiones llega a quitarles la vida a varias personas de la comunidad, uno de los invitados al programa mencionó: “la marcha del orgullo es por que a pesar de todo salimos orgullosos a marchar, a pesar de que nos discriminan salimos a marchar, a pesar de que no nos respetan salimos a marchar, a pesar de que nos violentan salimos a marchar, a pesar de que nos están matando salimos a marchar, a decir aquí́ estoy y esta persona soy”… la realidad es esa, no hay mas, son personas que están siendo asesinadas por pensar, vestir o actuar diferente a los estereotipos que estamos acostumbrados a consumir.

Sabiendo que México es el segundo país tan solo después de Brasil que mas agresiones violentas registra hacia la comunidad y que dentro de México, Chihuahua es el quinto Estado con más agresiones violentas, es que nos damos cuenta de la urgencia por garantizar que ninguna persona sea violentada por su forma de pensar, de vestir, de actuar o de amar.

Dicho lo anterior cabe señalar que Chihuahua cuenta con las leyes mas antiguas y duras contra gran parte de su población, y solo por poner algunos ejemplos diría que fue de los últimos Estados en aceptar la tipificación del feminicidio, la violencia de genero en sus leyes, la prohibición del matrimonio entre menores de edad, o cambiar reglamentos escolares tan absurdos que se obliga a las niñas a llevar un corte de cabello de “niña” o se les niega el acceso a la escuela, estos son solo algunos ejemplos de los muchos problemas legales que tenemos en nuestro Estado y que lamentablemente quienes legislan no se ocupan en esto, y se ve reflejando en el actuar de nuestra sociedad.

Después de acudir a la marcha como lo hago desde hace 4 años y subir fotos a mis redes sociales me preguntaron personalmente o a través de mis amigos, que si yo pertenecía a la comunidad, y con esto me surgieron algunas preguntas ¿de verdad eso es tan importante como para tener que preguntarlo? ¿en verdad nosotros nos relacionamos con nuestras amistades o compañeros de trabajo por su orientación sexual? ¿O solo hacemos por juzgar o por morbo? Si un amigo o familiar me dijera que pertenece a la comunidad ¿le dejaría de hablar? Si nuestras respuestas fueron, no, entonces ¿porque es tan importante preguntarlo?

Gran parte de mi vida la he llevado en la vida publica y ninguna persona se ha sentido agredida o incomoda por mi vida personal o mi forma de amar a otras personas, y esto me lleva a la mejor conclusión que puedo dar, si después de todos estos años aun me preguntan si pertenezco a la comunidad es porque me he dirigido con respeto hacia todas las personas y mi forma de amar nunca ha importado, lo que sí importa hoy y que me gustaría que nos preguntáramos todo el tiempo es ¿que estamos haciendo para respetar y garantizar que nadie mas sea violentado por cualquier diferencia que tengamos en nuestro aspecto humano?

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