La soberanía energética mexicana, un paso más para dejar la codependencia gringa
Por: Ana Lilia Dueñas
Periodista
Soy generación 1990, y desde que tengo memoria la fórmula mágica para la resolución de los problemas del mi país, ha sido el que México generara sus propia gasolinas y que se recuperara el valor del peso contra el dólar, revelando así que a pesar de que mis paisanos tienen una extraña fijación con ir a pasearse y gastar en Target y Ross, siempre no ha incomodado como mexicanos la extrema dependencia económica con Estados Unidos y siempre se señalaba con un dedo anguloso y avergonzado a los jefes de estado mexas que habían dado su brazo a torcer, y de paso también la soberanía nacional, ante el imperio del Tío Sam, desde Santa Ana hasta Peña Nieto. Es por todo esto que me sorprende de sobremanera que ahora que un gobierno federal ha decidido pugnar por la soberanía energética, ha apostado por poco a poco estabilizar el peso frente al dólar y contestar a los ataque más reaccionarios y viscerales de los políticos más rancios, clasistas y racistas de Estados Unidos, se ponga el grito en el cielo.
Sin duda, los Estados Unidos de América han sido desde que se creó un bully, un matón pues en el ámbito internacional, y no es secreto que ha metido las mano en países de Latinoamérica, Asia y África, para imponer sus intereses; está bien documentado y ha llegado incluso, el tema, a la literatura y hasta el cine, pero no sólo para imponer sus intereses ideológicos y políticos sino económicos, lo más importante diría yo. Condoleezza Rice, Sovietóloga conservadora reclutada por la Casa Blanca, fungió como la 66.ª secretaria de Estado de los Estados Unidos, la segunda persona en llevar el mando de esa oficina en la administración del presidente George W. Bush y en 2014 nos daba un adelanto de lo que hoy vivimos en materia geopolítica, y nos regalaba esta invaluable declaración que ejemplifica perfectamente el cómo negocia su país “…la economía Rusa es vulnerable, 80 por ciento de sus exportaciones, son por petróleo, gas y minerales y la gente dice bueno los europeos se quedaran sin energía, pues bueno los ruso se quedaran sin efectivo antes que los europeos se queden sin energía y entiendo que es incómodo afectar los lazos comerciales de esta manera, pero este es uno de los pocos instrumentos que tenemos a largo plazo, simplemente se debe cambiar la estructura de la dependencia energética, quieres depender más de la plataforma energética de América del Norte, la enorme abundancia de petróleo y gas que estamos encontrando, quieres tener oleoductos que no pasen por Urania y Rusia, durante años hemos tratado que los europeos se interesen por diferentes ruta de oleoductos, es hora de hacer eso” y no me crea a mi aquí le dejó el link https://www.youtube.com/watch?v=AOgAocBSXiA .
Estas declaraciones nos despejan el panorama político actual y pasado, de como la política injerencista de Norte América no ve con buenos ojos ningún tipo de emancipación de sus países aliados, o de cualquier otro. Estados Unidos ha estado tratando de enseñar los dientes, tras las nuevas políticas de México en materia de soberanía energética. Y es que si bien se tenía un acuerdo en que el país Azteca compraría su energía eléctrica a su vecino del norte, México ha decidido crear su propia energía, transformar sus propios hidrocarburos y es que cada vez es más caro el precio de los energéticos yankees, esto sin tomar en cuenta la deuda que ya tiene nuestro país con Estados Unidos, deuda que no le ha permitido tener un crecimiento y le come la capacidad productiva y lo que provoca que no se logre innovar y llegar a volverse competitivo, y por ello seguimos regalando nuestra materia prima y mano de obra a precio de ganga.
La importancia de la soberanía energética, radica también en que es una manera de romper los vínculos codependientes con Estados Unidos. México por fin da sus primeros pasos para generar su propia energía y muchos apuntan: “Necesitamos más energía verde”, pero la verdad es cruel y es que nuestro país es un país tercermundista y en un país así, el desarrollo de energía verdes va a hacer que la capacidad productiva sea menor y los productos sean más caros. Seríamos menos competitivos y, otra vez, más dependientes de la tecnología de otros países, mientras otras naciones como Estados Unidos se reserva el derecho de no hacer nada en materia de sustentabilidad energética y regresan a inventos como el carbón, pero a ellos no se le señala.