Más allá de la nota: periodistas que apuestan por la academia
Por Alma Sujey López Monge
En un entorno mediático saturado por la inmediatez, las fake news y la precariedad laboral, un grupo de periodistas decidió detenerse, cuestionar su oficio y buscar respuestas en la academia. No se trata solo de acumular títulos, sino de reencontrarse con el sentido profundo del periodismo: investigar, comprender y contar la verdad. Desde la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua, la Maestría en Periodismo y Poder y el Doctorado en Periodismo y Sociedad han abierto un camino que antes no existía: profesionalizar el pensamiento crítico, resistir con conocimiento y ejercer el oficio desde la investigación.
“Necesitamos replantearnos el periodismo, necesitamos volver a esas bases, necesitamos investigar, necesitamos contar historias”, afirma Salud Ochoa, periodista con más de dos décadas de experiencia y ahora estudiante del Doctorado en Periodismo y Sociedad. Su voz representa a una generación que ha comprendido que no basta con narrar los hechos: hay que interpretarlos, contextualizarlos y darles sentido.
Aunque según el INEGI sólo el 12 % de los periodistas en México cuenta con estudios de posgrado, en Chihuahua se está gestando una excepción que podría marcar la diferencia. La Universidad Autónoma de Chihuahua no solo formó a la primera generación de Licenciados en Periodismo del Estado en el año 2000, sino que en 2022 lanzó la Maestría en Periodismo y Poder, y en enero de 2025 el primer Doctorado en Periodismo y Sociedad del país, nombrado “Miroslava Breach” en honor a la periodista asesinada en 2017.
Estos programas no solo buscan ofrecer más herramientas profesionales, sino formar periodistas que se atrevan a pensar, investigar a fondo y comprometerse con la sociedad desde una postura crítica y académica.
Estudiar un posgrado en México no es sencillo. Hacerlo como periodista lo es aún menos. Los horarios, los bajos salarios y la falta de apoyos gubernamentales suelen ser obstáculos que disuaden a muchos de continuar su formación. Sin embargo, los estudiantes de la Maestría en Periodismo y Poder y del Doctorado en Periodismo y Sociedad han encontrado en la UACH un espacio donde la vocación se acompaña de oportunidades reales.
Durante su primer ingreso, la Maestría en Periodismo y Poder obtuvo respaldo económico del Sistema Nacional de Posgrados del ya extinto CONAHCYT lo que permitió que sus primeros estudiantes concluyeran sus estudios con cierto apoyo. Pero con el arranque del Doctorado en enero de 2025 y el avance de la segunda generación de la maestría, los apoyos federales desaparecieron. Aun así, los alumnos continúan.
“No nos detuvimos. La UACH tiene un reglamento de becas que nos permite continuar. No es una beca completa, pero sí representa un respiro para quienes, como yo, decidimos apostar por la formación crítica desde el periodismo”, comenta estudiante del cuarto semestre de la maestría.
El Reglamento General de Becas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, aprobado en 2020, contempla diversos apoyos para estudiantes de posgrado: desde becas por excelencia académica (para quienes mantienen un promedio de 9.7 o más) hasta condonaciones de inscripción del 50 % o 100 % por condición socioeconómica. Estos apoyos, aunque limitados, han sido fundamentales para quienes creen que el periodismo no se agota en el titular, sino que comienza en el aula.
Las condiciones no son iguales para todos. Las inconsistencias en la asignación de becas federales han generado desigualdad entre generaciones. Sin embargo, más que una barrera, esto se ha convertido en una motivación para seguir defendiendo la importancia del conocimiento en el ejercicio periodístico.
En un país donde la desinformación se reproduce con la misma velocidad que las redes sociales, el periodismo necesita más que inmediatez: necesita profundidad, ética y análisis. Necesita periodistas formados, críticos y comprometidos con el derecho a saber.
Cursar un posgrado no significa simplemente acumular grados académicos. Es una decisión que transforma la mirada, que permite comprender mejor el entorno y que dota de herramientas para investigar, narrar y resistir. Es, en palabras del director de la Facultad de Filosofía y Letras, Dr. Javier Contreras Orozco, “un antídoto contra la mentira y una vía para acceder a la verdad mediante el conocimiento”.
Desde Chihuahua, la UACH ha trazado una ruta ejemplar de profesionalización con tres programas únicos en el país: la Licenciatura en Periodismo, la Maestría en Periodismo y Poder, y el primer Doctorado en Periodismo y Sociedad “Miroslava Breach”. Esta oferta académica no solo forma periodistas: Desarrolla líderes de opinión, investigadores y docentes capaces de incidir en la realidad.
La periodista Adriana Piñón, quien actualmente trabaja en un medio multiplataforma, comparte: “Considero que el periodismo debe complementarse con estudios de posgrado. Estamos en un entorno de actualización constante, donde es indispensable buscar un plus, aprender más y adquirir mayor conocimiento. Un posgrado ayuda a especializar el periodismo que queremos ejercer y fortalece nuestro pensamiento crítico y nuestros métodos de investigación”.
También reconoce las dificultades: “Sí he pensado en estudiar un posgrado. Está en mis planes, pero lo que me ha detenido es principalmente el costo y el tiempo para adaptar mis actividades tanto laborales como personales”.
Hoy más que nunca, el periodismo necesita de la academia. Necesita voces que, como la de Salud Ochoa, periodista y alumna del doctorado, apuesten por contar historias con rigor y responsabilidad. “Necesitamos replantearnos el periodismo. Volver a las bases. Investigar. Contar historias”, afirma.
Este es un llamado a quienes ejercen el periodismo desde la trinchera diaria. A quienes han sentido la necesidad de ir más allá del dato, del boletín o del clic. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua les abre las puertas para crecer, cuestionar y construir un nuevo periodismo. Uno más crítico, más humano, más profundo… desde una Facultad con alma.