Viernes, 22 de noviembre del 2024

Tragedia migrante en Ciudad Juárez ¡una increíble deshumanización sin precedente!

Por:  Dr. José Carlos Hdez. Aguilar, Especialista en Investigación Criminal y Delincuencia Organizada.

Al amanecer del pasado martes veintiocho de marzo, México y el mundo entero, se cimbraron ante la impactante noticia de que la noche anterior y cerca de las veintidós horas, más de una treintena de hombres extranjeros, murieron en un aparatoso incendio sucedido en una Estación Provisional Migratoria, en la fronteriza ciudad Juárez del estado de Chihuahua, la cual y por su especialización tan particular, depende directamente del Instituto Nacional de Migración del gobierno de la República. Y que, por lo sucedido y ventilado en todos los medios de comunicación, nos dejó muy claro a todos, que más que ser un sitio de auxilio y protección derecho-humanista para las personas migrantes ¡Es una verdadera cárcel de contención para quien, en su intento de llegar a los EUA, tiene que pernoctar en dicho sitio!

Millones de personas, fuimos testigos de las horrendas imágenes de un video real obtenido de una de las cámaras de dicho centro, del momento exacto cuando ocurría el siniestro dentro de esas instalaciones públicas. Segundos que nos dejaron pasmados, por la inexplicable inactividad indolente de quienes se encontraban a cargo del inmueble y que, en un deseado espíritu compasivo y solidario con otros seres humanos, pudieron -al menos- haber intentado derribar las rejas que se encontraban cerradas con candados, de los que, por cierto, no se encontraban las llaves dentro del recinto y que, por ende, esta gravísima falta, impidió a los migrantes salir huyendo de aquel. Entre gritos despavoridos de auxilio y desesperación asfixiante; desmayos y llanto sofocado por el monóxido de carbono inhalado, esperando sólo la muerte, así quedaron abandonados a su suerte, las más de sesenta y ocho personas, de Centro y Sudamérica que ahí se encontraban, logrando salvarse sólo menos de la mitad.

Ante tan evidente actitud inmisericorde y que, por sentido común, el apoyo de socorro ‘in situ’, debió prevaler por encima de cualquier otra cosa o instrucción superior, nos invaden muy serias y apesadumbradas cavilaciones:

Con independencia, de quienes fueron los causantes del incendio aquel, este lamentable suceso de abandono total por parte de las autoridades que se encontraban de guardia esa noche, además del contexto mediático y político-migratorio, que sin duda tendrá sus muy serias consecuencias, evidentemente tiene una causal socio-criminógena de gran talante. En primer lugar, podemos inferir, que este es el reflejo de una muy seria descomposición integral del poder direccional y en este caso, del muy lejano espíritu de servicio humanístico, dentro del propio servicio público y más aún, en el tan esperado acompañamiento humanitario, hacia personas que -lícita o ilícitamente- recorren nuestra nación.

Esta execrable omisión colectiva, es la consecuencia de una autentica cosificación de las personas, de muchos o muchas que detentan el poder o un simple trabajo público de subordinación en el que solamente se “chambea”. En otras palabras, el no actuar ‘ipso facto’ y dejar morir a otro ser humano en tan terribles condiciones de sufrimiento o tortura, nos muestra un desastroso estatus valorativo de deshumanización gradual, en el que una persona, es considerada como un simple objeto o entidad inerte y de la que, poco o nada importa su aflicción o estruendoso dolor, ante este fenómeno de alto impacto salido de control.

Por otra parte, la imperdonable falta de protocolos policiales; de seguridad y todos los demás procesos sistémicos para hacer frente a una fortuidad como esta, en la conducción de personas, dentro de una situación de confinamiento administrativo migratorio que, de por si y por varios meses de travesía, ya se encuentran sensorial y altamente vulnerables, al estar tan lejos de sus tierras de origen, buscando una distinta calidad de vida, pareciera ser un indicativo directo de que, finalmente aquellas no importan y mucho menos, dentro de las políticas armonizadas y perfectamente estructuras que deberían de existir en un país que, se jacta ante la comunidad internacional, de un inmejorable criterio en la atención y protección derecho-humanista del fenómeno migratorio. Abona a ello de que, a pesar de vociferarse a diario con bombo y platillo que “¡La corrupción ya es cosa del pasado!” Esta alegre afirmación, es totalmente equivocada: el tiempo, en muy breve, nos regalará la razón.

Sin duda alguna, hay un abismo desconexo entre ‘El ser y el Deber Ser; que en México jamás llega a Ser’. ¡Esperemos que estos hechos tan atroces, no queden sin su justo castigo!

Nada hay más peligro para una sociedad, que ‘La Impunidad’. En su infernal imperio ¡Se ha escrito la peor historia y la más cruel desgracia del ser humano!

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